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La fuente del amor en el matrimonio

Escrito por el 19/08/2021

¡Sin duda alguna vivimos en un mundo cada vez más difícil, hay muchas cosas negativas que van en aumento, y es sólo cuestión de darle un vistazo a las noticias para darnos cuenta de esto. Si bien, hay muchas cosas malas que están pasando en nuestro entorno, esas cosas malas, son sólo el reflejo de que una de las estructuras más importantes de nuestra sociedad está gravemente enferma y esta, es la familia.

Día a día, escuchamos o hacemos comentarios como: “Hay mucha violencia” “Los jóvenes andan muy desorientados” “Cada vez hay más drogadictos” “Ya los jóvenes sólo buscan el sexo y no se hacen responsables de las consecuencias” “Ya los niños están más despiertos, ya son más malcriados que antes” y vemos la situación como si alguien “allá afuera” es el culpable de esto, pero mi deseo es que a través de este artículo te des cuenta de que tú y yo somos más responsables de esto de lo que nos imaginamos.

Este artículo va enfocado al matrimonio, a papá y a mamá, ya que somos las personas que tenemos la responsabilidad de criar a nuestros hijos. La palabra crianza trae una gran responsabilidad, ya que Dios nos ha encomendado (independientemente si crea en Dios o no) que nosotros proveamos a nuestros hijos los valores y que seamos el ejemplo vivo, de cómo es que la vida debe ser vivida.

Déjeme explicar un poco lo que acabo de escribir, al decir que es nuestra responsabilidad proveer los valores a nuestros hijos, me refiero a que nosotros les decimos a nuestros hijos que es lo que tiene valor en esta vida, es decir, que es lo que es valioso para ser perseguido. Pero de nada sirve enseñarles que es lo que tiene valor en esta vida, si con nuestro ejemplo valoramos otras cosas, sin duda, nuestra manera de vivir hablará más fuerte que nuestras palabras.

El estado de nuestra sociedad, refleja el estado de las familias y el estado de las familias, sin duda refleja el estado de los matrimonios

Entonces, pudiera decir, que el estado de nuestra sociedad, refleja el estado de las familias y el estado de las familias, sin duda refleja el estado de los matrimonios. Si amigo o amiga que me lees, la relación matrimonial nutre o enferma la vida de los hijos que enviamos a este mundo. Así que si vemos que el matrimonio es clave, debemos poner la relación matrimonial como uno de los valores más importantes para nuestros hijos, debemos mostrarles en palabras y en ejemplo, que el matrimonio es algo de gran valor que debe ser perseguido y conservado. Un buen matrimonio trae influencia y nutre el corazón de nuestros hijos, les da el ejemplo de la pareja que ellos deben elegir y de la manera en como ellos llevarán su propio matrimonio.

Tal vez tú te preguntes ¿Cuál es la base de un buen matrimonio? ¿Cuáles son las cosas de mayor importancia que debemos valorar y ejemplificar en nuestro matrimonio? Te diré esto: El amor a Dios y después el amor entre ustedes, antes que el amor a sus hijos, ya que al amarse ustedes, sin duda estarán amando a sus hijos de una manera que no se imaginan.

Hablemos del amor a Dios primeramente. Sin duda alguna, es algo normal en la relación matrimonial que haya problemas de que la pareja no se pone de acuerdo, si lo pudiera ilustrar, diría que es una lucha de reinos, el esposo quiere ser complacido y la esposa también, el esposo cree que se casó para que la esposa lo haga feliz y la esposa tiene la misma expectativa. Es una lucha que nadie está dispuesto a perder, y desgraciadamente, “se acostumbran” a vivir así, y el amor comienza a disminuir, y entonces lo que sostiene el matrimonio son los hijos, y cuando los hijos se van, entonces el matrimonio pende de un hilo.

Sin duda alguna el matrimonio necesita un punto en común, necesita una referencia a donde ambos puedan ir, donde los deseos de cada uno sean entregados para que juntos tomen un deseo mayor que dé significado a su vida matrimonial.

¿Tú y tu pareja tienen un punto en común? O ¿Están en esa lucha de reinos? Si tienen un punto en común ¿Cuál es? Déjame explicarte en pocas palabras el por qué el cristiano cree que no hay un punto de enlace, que una, que cambie el corazón y que le dé propósito a un matrimonio fuera de Cristo.

Si hemos de amar a nuestra pareja, hemos de poseer ese amor, y no estoy hablando de ese amor sentimental y cambiante, estoy hablando de un amor incondicional, sacrificial, que está para servir, que puede soportar los grandes embates de este mundo.

Ese amor fue manifestado por Cristo, toda su vida nos habla de ese amor, mira: Él siendo Dios y por amor a nosotros se despojó de esa gloria para ser como nosotros y no vino a ser servido sino a servirnos, y a pesar de nuestras muestras de rechazo y de todas nuestras debilidades, Él nos siguió amando hasta el fin, y ese fin, fue poner su propia vida por nosotros, para que fuésemos salvos del juicio de Dios por nuestra maldad,y para que pudiéramos tener la esperanza que viviremos con Él para siempre (Fil. 2:1-11).

Un esposo o una esposa que ha ido a esa cruz, que ha experimentado el amor de su Salvador, puede ver que ha recibido tanto amor, que no hay falla que pueda tener su pareja que sea mayor que la que Jesús le perdonó a él o a ella. Ese amor, como el de Cristo, se va moldeando en el corazón de aquellos que han creído en Él y así ese amor, es el ejemplo y el modelo de ese amor en la pareja. (Mt. 16:24, Mr. 10:45, Mt. 20:25-28, Col. 3:13)

Mi pareja no está para hacerme feliz y para servirme

¡Qué hermoso que en Cristo caen las falsas expectativas del matrimonio! Que ahora entendemos que mi pareja no está para hacerme feliz y para servirme, sino que siguiendo el ejemplo de Cristo, ahora sabemos que estamos para servir y llenar de gozo a nuestra pareja, que ya no es mi pareja la fuente de felicidad, sino Cristo mismo, y que es por eso que ahora con su ayuda puedo amarla sin condición.

Ahora imagina una relación bajo el sustento de Cristo, imagina a tus hijos viendo como sus padres aman al Señor, como su relación es fuerte y que a pesar de las imperfecciones, su matrimonio refleja en su trato, que Cristo es real y puede transformar a dos seres pecadores para su gloria. Ellos sólo podrían decir ¡Yo quiero a ese Dios de mis padres, ese Dios que puede hacer lo que nada en este mundo puede, transformar vidas!

¿Deseas a este Salvador en tu matrimonio?

Por Jorge Franco | Pastor de comunidades Sigue a Jesús |Cd. Juarez Chihuahua México
Photo by Morgan Marinoni on Unsplash 

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