Muchas veces tomamos la palabra desierto como algo malo o negativo, pero esto cambia cuando lo consideramos como un lugar necesario en el camino hacia la tierra prometida.

En el mundo emprendedor mantener la visión que nos impulsó a iniciar a hacer lo que nos apasiona es vital.

No todo en el camino es color de rosas, hay momentos que queman como el sol del desierto, que sentimos que no tenemos más fuerzas, que queremos abandonar. Esto es normal a muchos emprendedores pero te animo a seguir más allá de las circunstancias que te estén tocando atravesar, aferrarte a la promesa como lo hizo Josué.

«y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. Éxodo 3:8 RVR1960»

Vendrán batallas, fracasos que transformaremos en experiencia, y un desierto que se transformará en nuestro lugar de formación.

Transitaremos el desierto, aprenderemos en él y lo atravesaremos para alcanzar lo que Dios nos prometió, que es muy bueno.

No te rindas, sigue emprendiendo aprendiendo del desierto y conquistando tu tierra prometida.